lunes, 5 de septiembre de 2011

Ultimo fin de semana

Bueno,








pues nuestro último fin de semana aquí como se adelantó en la entrada anterior la dedicamos a visitar la ciudad de granada, la ciudad de masaya, el volcán masaya y la laguna de apoyo.

El sábado por la mañana llegamos a Managua y alquilamos un taxi durante todo el día que nos llevó primero a ver el volcán masaya, en el parque nacional Volcán Masaya. Es uno de los pocos volcanes del mundo (si no el único) en el que se puede subir en coche hasta la boca del cráter. La sensación al llegar arriba fue impresionante, tan pronto te bajas del vehiculo empiezas a toser por culpa de los gases con azufre que emanan del volcán, huele a azufre muchisimo, por eso limitan la estancia ahi a 20 minutos. Os dejo un par de fotos del volcán.







Despues fuimos a comer el baho (especie de cocido típico) a Masaya, y visitamos un mercado tradicional. Después de comer salimos a ver la laguna de apoyo, un enorme lago en el fondo de un valle sobre el cual hay un mirador con unas vistas muy buenas. En el trayecto nos pilló un aguacero que inundó literalmente medio metro algunas calles. A continuación fuimos a visitar el pueblo de Catarina que es famoso por sus cerámicas artesanales, e hicimos algunas compras.



















Ya a media tarde llegamos a Granada y nos dimos una vuelta por el casco histórico. Tiene una catedral muy bien conservada y varias casas de estilo colonial que le dan un aspecto muy colorido y cuidado a la ciudad. Eso sí, es la ciudad más cara de Nicaragua con diferencia, uno de los pocos sitios del pais donde a los precios hay que sumarle el 15% de iva y... 10% de propina!



















Al día siguiente cogimos un taxi que nos llevo a la zona del "puerto" en el lago Nicaragua de Granada, en el que cogimos una barca y nos llevaron a ver las isletas, un conjunto de 365 islas pequeñas de propiedad privada. En alguna de ellas vimos monos.




Por la tarde volvimos a Managua en autobús y ahi cogimos otro hacia Jinotega, el cual por cierto y como anécdota del viaje se averió durante el trayecto varias veces. Menos mal que deben estar acostumbrados porque levantaban el capó y en cuestión de 5 minutos estaba la averia solventada.


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